Cuando uno llega a dar clases a un lugar
desconocido se encuentra ante una puerta hacia la aventura educativa. La
ilusión por hacer las cosas bien ante la confianza depositada domina la llegada
ya que las personalidades y necesidades diversas de los alumnos pueden
plantearte multitud de retos.
Ya sobre el terreno me doy cuenta de la ilusión que tienen todos
aquellos presentes y que se acentúa cuando las relaciones entre unos y otros
comienzan a desplegarse. Los días han ido pasando, los lazos estrechándose y el
grupo se ha cohesionado. Lo que ocurrió en el concierto del día 3 de agosto fue
una demostración de la insaciable sed de música de todos ellos, pero sobre
todo, sed de hacerla entre amigos, con especial atención a los más jóvenes en
este hermoso mundo que es la música.
El curso en general ha sido un éxito
organizativo, de convocatoria y de humanidad, todo ello sin olvidar el enclave
tan maravilloso que es el pueblo de Lanjarón.
Sin duda conforma una de esas experiencias que
perduran en el corazón y la memoria para toda la vida.
GUILLERMO MARTÍNEZ ARANA (Profesor de Saxofón en el I Curso Nacional de perfeccionamiento musical "MANANTIAL DE LA MÚSICA" de Lanjarón)
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